El baile: 23 pedazos
Coloqué aquella silla para ti. Esperé hasta que ya no quedó más tiempo. La silla seguía vacía, pero algo se …
Coloqué aquella silla para ti. Esperé hasta que ya no quedó más tiempo. La silla seguía vacía, pero algo se …
No sé si caemos o nos elevamos. Si son fuego y cenizas eso que veo a tu espalda. Si todo …
Todo está en silencio. No queda medicina en la botella y tú estás desnuda. O casi desnuda. Sé que aún …
Tu labio superior. Creo que era ese disco. Y mi labio inferior. Se necesitan. Por una vez, todo encaja. Y …
Imagina que nada de esto es real. Porque no es real. Imagina que es mentira. Porque no hay nadie más …
Dibujas con carbón tus propios huesos; las curvas, los ángulos, tu silueta a contraluz y la cortina que te sirve …
Un hombre con falda de cuero me acaricia la muñeca. Tú bailas dando vueltas, como si quisieras elevarte en espiral …
Me acerqué a aquel niño rubio y me miró, desconfiado. Le pregunté: «¿Qué necesitas? ¿Qué puedo darte?». Pero no me …
El insomnio autoinfligido. Los ojos recorren cada mala decisión; cada tramo del camino que te trajo a esta habitación azul. …
Déjame hablarte de mi frialdad. De aquel niño asustado que sólo sabía quererte haciéndote daño. Déjame contarte por qué no …