No sé de dónde saliste
ni adónde te crees que vamos.
Esto acabó antes de empezar,
ese era el pacto.
Con luna llena o sin ella,
a pesar del diluvio que postergó la despedida.
Dime, ¿dónde leíste algo parecido a una promesa?
¿En qué momento confundiste cortesía y eternidad?
Ibas vestida de negro
y yo, como siempre, abrazado al gris.
Y no me gusta robar besos,
pero a mí me los robaron.
Dos, al menos.
Uno por la traición
y otro por el arrepentimiento.