Mentiría si dijera que pienso mucho en ti,
o que cada día te echo más de menos.
Porque algo echo de menos
pero no sé si eres tú
o el universo que construí a tu alrededor.
Desconfías del nuevo E.
Y haces bien.
Es posible que el nuevo E. sea un viejo recuerdo;
sólo un eco lejano y distorsionado
de una vida anterior
aún más distorsionada.
La que sepulté
fingiendo que no sentía miedo.
Aunque ahora tenga miedo
hasta del propio recuerdo.
Era eme de miedo.
Ahora me doy cuenta.
Y me pregunto si dejaste que me engañara
y avanzara, y avanzara, y avanzara
por aquel pasillo largo y oscuro
donde todos los monstruos
hablaban con la e de enfermedad.
Y si fue así,
y si ahora lo sé,
¿por qué escribo esto?
¿A quién?
Si no descubrí ni uno solo de tus escondites,
ni a los monstruos.