Es hora de hacer una lista
de lo que no va bien.
De lo que va mejor
y de lo que he olvidado hacer.
Es hora de decirte que no,
que no puedo quererte.
Que he cerrado ese canal de comunicación.
Cerrado por reforma.
O por derribo.
Da igual.
La respuesta va a ser siempre no.
Sé que con un poco de encanto
y la melodía correcta
logro que todos me sigan.
Que tú me sigas.
Hasta la tierra prometida.
Pero esas promesas no son mías;
son las que imaginaste.
Las que te arrastrarán hasta tierra de nadie.
Hoy me ves feliz, en plena forma.
Mañana será otra historia,
y nuestras diferencias,
y lo poco que nos une,
nos despertarán a la certeza desoladora
de estar viviendo una mentira.
Una mentira tras otra.