El miedo es la batalla,
y la batalla no es más que miedo.
Vivir en el lago de aguas tranquilas.
Sólo la química puede salvarme.
Y lo que no me mata me hace más pequeño.

Se arruga la piel bajo los párpados.
Me despierto lejos de esta galaxia.
Me siento inhumano -o infrahumano-,
y es un esfuerzo sobrehumano mover los labios
para contarte lo mismo de siempre.

No doy un solo paso sin mirar hacia atrás.
Delante de mí no hay nadie, pero todos me observan.
Salto a la pista aterrorizado.
La risa nerviosa, después el llanto.
Me cubro la cara con mis propias cenizas.
Levanto el vuelo…
Esto debe ser un sueño.

(Debe ser un sueño, diciembre 2004).