Vamos a empezar de nuevo.
Yo seré el chico triste y aburrido,
tímido y tranquilo; sin llamar la atención.
Nadie me dirá que soy el centro de su universo.
No seré el sol, sólo un cometa,
y nadie reparará en mí.
No tendré muchos amigos
-nadie tiene muchos amigos-.
Demasiados conocidos que desearía no haber conocido.

Vamos a empezar de nuevo.
Tú quédate con mis nervios destrozados,
con los lugares que no he visitado.
Seré ese hombre gris que pasa desapercibido.
Nadie me dirá, «quédate, quédate un par de horas más».
Siempre tendré la puerta abierta.
No me verás llegar, y cuando me vaya te dará igual.

Y es que ahora sí que creo que se acerca el final.
El corazón late mucho más deprisa.
Párate, corazón, y devuélveme una sonrisa.
Ahora sí que lo estoy viendo claro.
Cuando todos pasen de largo, cuando termine la película.

«¿Y tus sueños?», preguntarás.
Quizá sean lo único que tengo.

Vamos a empezar de nuevo.
Dale a otro tus besos.
Pero antes, por favor, sácame de este infierno.
Ni siquiera sé quién eres,
ni qué aspecto tienes.
Pero tengo que creer en los milagros.
Tengo que hacer algo.
Empecemos…
Empecemos de nuevo.

(Rewind, abril 2004)