Y no dejo de pensar en el pasado,
de vivir en el pasado.
No me voy a pelear con mis demonios,
deja en paz a mis demonios.
He salido corriendo por miedo a matar.
Yo, que siempre me jugué la vida por deporte,
que hice de la vanidad un juego de salón.

Me quedé sin voz de tanto decir que no.
Quise regalar mis pensamientos
a quien los supiera cuidar.
Ya no encuentro momentos tan perfectos;
ella y yo tocándonos sin manos,
Annabel Lee, Sietelunas, otra vuelta al globo,
«El golpe del siglo», el suicida del rock and roll…

Dame un punto de apoyo para alejar el mundo,
una isla en medio del espacio.
No he querido ser una estrella fugaz.
Créeme, yo también busco la felicidad.
Yo también se decirle que la echo de menos,
yo también puedo fallar.

(Alejar el mundo, abril 2004)