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Y desde el otro lado del océano
llegó un huracán
que me hizo creer que podría creer
que podría querer
Y desde el primer momento
ya entendí
que el poder de su aliento
calmaba la bestia que me habita
Y la pienso cada hora
que paso despierto
Y nunca recuerdo los sueños
pero la sueño
«Esto es lo que quiero»,
le digo a la bestia que me habita
«Vé y cógelo», me reta
Y la encontraré dentro de este corazón blindado
aunque tenga que abrirlo con mis propias manos
Como la abro a ella
cuando dejo que tome el control
Cuando nos olvidamos
de a qué suenan las palabras.