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A veces la conciencia no me deja dormir.
El pasado no existe, el presente me ahoga,
y el futuro…
El futuro es un enorme lecho de rosas.
Si no cierras la puerta no pienso salir.
El pasado no existe, el presente es tu sombra,
y el futuro…
El futuro no es más que una losa.
Debería llamarte,
contarte que no estoy solo.
Debería odiarte,
y por una vez reprochártelo todo.
Cada esperanza, cada instante,
cada partícula de polvo entre estos escombros.
(Debería, noviembre 2002)